Los vestidos ligeros y vaporosos recordaban los pétalos de las flores agitándose con la cálida brisa veraniega. Las faldas sueltas y vaporosas evocaban la suavidad de la brisa estival acariciando la piel. Cada pieza era un canto a la feminidad y la ligereza, perfecto para los días soleados pasados descansando junto al agua.